Los grandes sucesos jamás vienen acompañados de presagios menores. Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien. Como en nuestra tierra ya se está denigrando la Ley, la gran Ley correcta se propagará sin falta. ¿Acaso tienen algo de qué lamentarse? Aunque no sean el honorable Mahakashyapa, deberían estar todos bailando. Aunque no sean Shariputra, deberían estar brincando y danzando. Cuando el bodhisattva Prácticas Superiores irrumpió de la tierra, ¿acaso no lo hizo bailando? Y cuando llegó el bodhisattva Sabio Universal, la tierra se sacudió de seis maneras distintas. Tengo mucho más para decir, pero como me apremia el tiempo, concluiré aquí. Volveré a escribirle en otra ocasión.
Antecedentes
No se sabe con certeza si este texto constituye en sí un escrito breve o si es parte de una carta más extensa.
Tampoco se conocen su fecha ni su destinatario. A juzgar por el contenido, tal vez haya sido enviado a algún creyente del Daishonin que enfrentaba dificultades a causa de la fe. Aquí dice: «Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien»; con ello, alienta a sus discípulos a considerar las hostilidades que enfrentan como el presagio de un gran bien, es decir, como anuncio de la propagación de la enseñanza correcta. También los insta a regocijarse como Mahakashyapa y Shariputra, quienes, según cuenta el Sutra del loto, bailaron de alegría al escuchar la enseñanza de la iluminación universal expuesta por el Buda y comprender que también ellos llegarían a ser budas.