En el capítulo «Medios hábiles» del volumen uno del Sutra del loto, leemos: «La sabiduría de los budas es infinitamente profunda e inmensurable». Según un comentario, el lecho fluvial de la realidad es «infinitamente profundo» porque es ilimitado, y el agua de la sabiduría es «inmensurable» porque es difícil de escrutar.1
¿Acaso el significado del sutra y del comentario no es que el Camino de la Budeidad yace en los dos elementos de la realidad y la sabiduría? La realidad se refiere a la verdadera naturaleza de todos los fenómenos; la sabiduría se aplica a la iluminación y manifestación de esta verdadera naturaleza. Así pues, cuando el lecho fluvial de la realidad es infinitamente ancho y profundo, el agua de la sabiduría fluye sin cesar. Cuando la realidad y la sabiduría se fusionan, uno manifiesta la Budeidad sin tener que cambiar la forma que posee.
Las enseñanzas expuestas antes que el Sutra del loto no pueden conducir a nadie a la Budeidad, porque son sutras provisionales y preparatorios que separan la realidad de la sabiduría. Sin embargo, el Sutra del loto unifica ambos términos en una sola entidad. El sutra dice que los budas abren el portal de la sabiduría de Buda a todos los seres vivos, se la muestran, hacen que tomen conciencia de ella y los guían a ingresar en ese Camino. Cuando uno accede a esta sabiduría de Buda, manifiesta la Budeidad.2
Esta iluminación interna del Buda supera holgadamente la capacidad de comprensión de los que escuchan la voz y de los pratyekabuddhas. Por eso, el capítulo «Medios hábiles» agrega: «Ninguno de los que escuchan la voz o de los pratyekabuddhas es capaz de comprenderla». ¿Qué son, entonces, estos dos elementos: la realidad y la sabiduría? Son nada menos que los cinco caracteres de Nam-myoho-renge-kyo. El buda Shakyamuni convocó a los Bodhisattvas de la Tierra y les encomendó estos cinco ideogramas que constituyen la esencia del sutra. Esta es la enseñanza transferida a los bodhisattvas que habían sido discípulos del Buda desde el remoto pasado.
El Sutra del loto señala que el bodhisattva Prácticas Superiores y los demás aparecerán en los primeros quinientos años del Último Día de la Ley para propagar estos cinco caracteres, que corporifican los dos elementos de realidad y sabiduría. El sutra lo estipula con absoluta claridad. ¿Quién podría cuestionarlo? Yo, Nichiren, no seré el bodhisattva Prácticas Superiores ni su enviado, pero me he anticipado a ellos propagando los cinco caracteres para preparar el camino. El bodhisattva Prácticas Superiores recibió de Shakyamuni El Que Así Llega el agua de la sabiduría de la Ley Mística, para irrigar con ella la tierra 785yerma que es la vida del pueblo, en este mundo corrupto del Último Día. Esta es la función de la sabiduría. El buda Shakyamuni transfirió esta enseñanza al bodhisattva Prácticas Superiores, y ahora Nichiren la está propagando en el Japón. Con respecto a la transmisión de las enseñanzas, se la puede clasificar en dos categorías: general y específica. Si usted confunde lo general con lo específico, aunque sea en lo más mínimo,3 jamás podrá lograr la Budeidad y deambulará en el sufrimiento, a lo largo de un interminable ciclo de nacimientos y muertes.
Por ejemplo, los que escuchaban la voz en tiempos del buda Shakyamuni recibieron de este último las semillas de la Budeidad en el lejano pasado, cuando Shakyamuni fue el decimosexto hijo del buda Excelencia de la Gran Sabiduría Universal. Por lo tanto, no pudieron lograr la iluminación siguiendo a Amida, a Maestro de la Medicina, ni a ningún otro buda. Para dar un ejemplo, si un miembro de la familia trae al hogar agua del océano, todos los integrantes de la familia pueden aprovecharla. Sería terriblemente necio y equivocado que se negaran a usar una sola gota y quisieran marchar a algún otro océano en busca de agua. De la misma forma, si uno olvida al maestro original que le trajo el agua de la sabiduría del gran océano del Sutra del loto y en cambio sigue a otro, sin falta se hundirá en las aflicciones interminables del nacimiento y la muerte.
Aunque en ciertos casos no sea necesario, cuando el maestro de uno está equivocado, lo correcto es abandonarlo. Uno tendría que tomar tal decisión basado en los principios de la sociedad y del budismo. Los sacerdotes que viven en el Último Día de la Ley ignoran los principios del budismo y, además, son engreídos, así que desprecian al maestro correcto y adulan a aquellos que pueden darles protección. Los verdaderos sacerdotes son los honestos, los que se sienten satisfechos con lo poco que desean. El volumen uno de Palabras y frases del «Sutra del loto» afirma: «Los que todavía no han alcanzado la verdad deben inclinarse ante el principio supremo, comparable a los cielos, y sentir humildad en presencia de todos los venerables. Si lo hacen, serán monjes con sentido de la vergüenza. Cuando puedan manifestar sabiduría y capacidad de introspección, entonces se los considerará verdaderos monjes».
El Sutra del nirvana señala: «Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda. Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz». En la frase que dice «ve a alguien que está destruyendo la enseñanza y no le da importancia, no lo refuta...», debe ponderar en lo más profundo de su corazón las palabras «ver» y «no dar importancia». Tanto el maestro como los seguidores caerán sin falta en el infierno del sufrimiento incesante si ven enemigos del Sutra del loto y no les dan importancia o no los reprenden. El gran maestro Nan-yüeh dice que quien obre así «caerá en el infierno junto a esas malas personas».4 Pretender lograr la Budeidad sin denunciar los actos contra la Ley es tan inútil como buscar agua en el fuego, o fuego en el agua. Por muy sinceramente que uno crea en el Sutra del loto, si comete la falta de no refutar las acciones contra la Ley, con seguridad caerá en el estado de infierno, así como una sola pata de cangrejo es suficiente para arruinar la laca de mil recipientes. Este es el significado del pasaje del sutra que dice: «Pues el veneno ha penetrado en profundidad, y su mente ya no funciona como antes».5
786El sutra indica: «Las personas que habían conocido la Ley vivieron en distintas tierras de Buda, aquí y allá, y renacieron constantemente en compañía de sus maestros»,6 y «Si uno se mantiene cerca de los maestros de la Ley, rápidamente entrará en el camino del bodhisattva. Quien sigue a estos maestros y aprende de ellos, verá budas numerosos como los granos de arena del Ganges».7 Un comentario dice: «Originariamente, uno siguió a este Buda y, por primera vez, concibió el deseo de buscar el Camino. Cuando uno vuelve a seguir a ese Buda, alcanza el nivel del cual ya no se retrocede».8 Otro comentario afirma: «En el comienzo, uno siguió a este buda o bodhisattva y creó un vínculo con él; por eso, será mediante este buda o bodhisattva como uno logrará su objetivo».9 Sobre todas las cosas, asegúrese de seguir a su maestro original para poder manifestar la Budeidad. El buda Shakyamuni es el maestro original de toda la humanidad y, además, está dotado de las virtudes del soberano y el padre. Por haber expuesto esta enseñanza, fui exiliado y estuve a punto de morir ejecutado. Como afirma el dicho: «El buen consejo es áspero al oído». Así y todo, no me he desalentado. El Sutra del loto es como la semilla; el Buda es como el sembrador, y el pueblo es como el campo. Si usted se desvía de estos principios, ni siquiera yo podré salvarlo en su próxima existencia.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el tercer día del octavo mes, segundo año de Kenji (1276), signo cíclico hinoe-ne.
A Soya
Antecedentes
Esta carta está dirigida a Soya, un seguidor laico residente en la aldea de Soya, provincia de Shimosa. Su nombre y título completos eran Soya Jiro Hyoe-no-jo Kyoshin, y se cree que fue un funcionario de la alta corte del sogunato de Kamakura. Convertido a las enseñanzas del Daishonin hacia 1260, fue uno de los creyentes más destacados de la zona junto a Toki Jonin y a Ota Jomyo.
En 1271, Soya decidió adoptar la vida de sacerdote laico y recibió del Daishonin el nombre de Horen Nichirai. Horen construyó dos templos y vivió en uno de ellos hasta que falleció en 1291, a los sesenta y ocho años.
En esta carta, el Daishonin primero cita el capítulo «Medios hábiles» del Sutra del loto y señala: «El Camino de la Budeidad yace en los dos elementos de la realidad y la sabiduría». La «realidad» indica la verdad suprema de que la Ley impregna todos los fenómenos del universo. La «sabiduría» se refiere a la capacidad de percibir y entender dicha verdad. Cuando esta sabiduría existe —es decir, cuando el «agua de la sabiduría» inunda el «lecho fluvial de la realidad»— se produce lo que se da en llamar fusión entre la realidad y la sabiduría. Y esto es la iluminación. En otras palabras, uno ilumina y manifiesta la Ley en su propia vida.
El Daishonin recalca que Nam-myoho-renge-kyo es la Ley que unifica la realidad y la sabiduría; es la semilla de la Budeidad para todas las personas que viven en el Último Día de la Ley. Esta Ley es la que deberá propagar el bodhisattva Prácticas Superiores a comienzos del Último Día. El Daishonin señala que él es el primero en emprender esa gran misión, y con ello está indicando que es el maestro original que guiará a todas las personas a la iluminación.
A continuación, señala que cualquier maestro o cualquier discípulo que ignoren a quienes denigran la Ley caerán en el estado de infierno. Esto representa una compasiva advertencia acerca de la 787responsabilidad que tienen los creyentes de proteger la enseñanza del Buda.